Existe un sinfín de ayudas que los expertos de salud, entre ellos los nutricionistas, han publicado en los medios con la intención de ayudar a la sociedad actual a prevenir todos los males ocasionados por llevar un estilo de vida donde “todos se permiten todo”, porque “yo me lo merezco”. Y esta tendencia abarca cada rincón de nuestras vidas, especialmente cuando comemos y bebemos, sin pensar en las consecuencias directas en la salud propia y la de nuestra familia en el futuro.
Todos nos permitimos esos “antojitos” o esos “tentempiés” luego de una jornada intensa de trabajo o de estudio. El problema es que dichos mimos, se hacen cada vez más una costumbre, casi se convierten en un hábito. Para muchos, es una “parada obligada” en medio de su faena diaria, o al final de la semana, darse el gusto de comer o beber algo que anhela con mucha ansiedad, no necesariamente por hambre.
Lamentablemente, estos antojos no aportan ningún bienestar a nuestro cuerpo, con la única excepción de sólo haber brindado la satisfacción fugaz de tener lo soñado en nuestras manos y en un bocado.
¿Es posible realizar cambios en nuestro estilo de vida? ¿Cómo podemos hacer cambios en nuestra forma de ver y consumir los alimentos, sin que estos impliquen una pesada y tormentosa carga?
A continuación te darás cuenta que los cambios en tus hábitos alimenticios son muchos más fáciles de lo que imaginabas. Además, podrás notar que estos cambios no necesitan de grandes o extraordinarios desafíos, más bien, es solo cuestión de enfocar nuestra visión, mantener la perspectiva, y definir el camino a seguir.
A continuación te recomendamos las siguientes metas como guía para ti:
Tal como se ha comentado, para empezar a tomar control de nuestra salud, debemos tener una actitud positiva, visualizar lo que en realidad queremos, y finalmente dar pequeños pasos un día tras otro, de manera progresiva, que te permitan acercarte poco a poco al pleno desarrollo de tu propio estilo de vida saludable, sin seguir dietas rigurosas, o planes multiniveles que abruman y te hacen ver como imposible lograr pleno bienestar.
Enfocarnos en que cosas eliminar de nuestra ingesta diaria es una idea equivocada, además de una forma negativa de ver el proceso de cambio en los hábitos alimenticios. Más bien, si nos concentramos en incluir alimentos saludables, eso nos hará sentir más dispuestos a luchar contra las costumbres adquiridas que pensábamos que no nos hacían daño.
Tener y leer un libro sobre recetas prácticas y saludables sobre cómo preparar carnes, frutas, verduras y legumbres en nuestro tiempo libre nos ayudará a desarrollar más conciencia sobre nuestro bienestar.
Por supuesto, no debemos olvidar que aparte de consumir alimentos saludables, debemos incluir un poco de actividad física entre semana. No es necesario dedicar largas horas como si fuéramos atletas de alto rendimiento. Al inicio, con sencillos ejercicios de estiramiento en casa por pocos minutos, es suficiente para empezar. En pocos días, tu propio cuerpo te pedirá añadir más ejercicios a tu pequeña rutina. De ahí en adelante, puedes incluir y combinar los ejercicios que mejor se adapten a tu personalidad. En las redes existen innumerables opciones.
En conclusión, no hay mejor cambio el cual tú mismo quieres dar y estás convencido que debes realizar. Los pequeños retos te ayudan a alcanzar grandes cambios en tu vida. Si logras enfocarte, lograrás para ti y toda tu familia desarrollar mejores hábitos alimenticios. Y ya no será cuestión de preocupación. Por el contrario, cuidar y preservar tu salud será tu estilo de vida, y no representará ningún peso, sino un verdadero deleite.
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